Hoy, después de mucho tiempo, me siento a escribir una nueva columna para nuestra sección “W.T.F.?!”, y lo hago motivado por la noticia que leí durante la semana, en la cual se informa que a partir del 16 de noviembre, en Guatemala, se prohíbe el “Reggaetón” o “Reweón”.

Sé que en Chile durante muchos años no hubo lo que denominan como “Libertad de expresión”, que hubo muchas personas las cuales se vieron afectadas por eso o que simplemente fueron “censuradas” por entregar un mensaje con contenido social. A propósito de eso, daré mi visión sobre lo que pregonan weones como Don Omar, Daddy Yunkie y otros weas, que al son de sus “melodías”, hacen que todos entren en frenesí o en una “excitación” poco antes vista. ¡Claro!, decir cosas como: “Que la azoten”, “Que viene suelta como gabete” (¿Qué chucha es un gabete?), “Que a ella le gusta la gasolina” y otra sarta de weas, son un aporte muy importante o, más bien dicho, un mensaje digno de ser escuchado.

No faltará el weón que se refiere al Metal en general como: “¡Ahhh!, son puros tarros”, “Parece peleas de perro”, “Cantar puras weás dedicadas al diablo”, etc; sin tener conocimiento de causa o sin haberse dado el tiempo de traducir una letra o de mirar más allá. Probablemente estas líneas no sean leídas por gente que no es asidua a esta música, pero si usted tiene amigos que andan con “blín blín”, compártala y demuéstreles que muchas a veces hablar sin saber es un síntoma claro de ignorancia.

Ahora lo más probable es que usted tenga la siguiente interrogante: ¿Si este weón es o se las da de metalero, como cacha letras de Reggaetón?. Lo más probable es que responda con una pregunta: ¿Nunca se han sentido con las bolas hinchadas al ver a un weón “tapizao” en Nike, con un corte estilo sopaípilla, con un “blín blín” escuchando su “música” sin audífonos en algún medio de transporte o en la calle?. Yo, al igual que muchos, nos hemos visto enfrentados a esos que juran que se ven choros con el celular en la mano “amenizando” el viaje del resto con su mierda musical y pocos son los capaces de decirles: “¡Cómprate audífonos chuchetumare!”.

Todos sabemos que el aspecto del metalero a más de algún padre de familia (sea esta conservadora o no) les choca ver a entes con sus chascas al aire, cadenas, con poleras con “demonios” o simbología satánica. Hay miles de prejuicios y de seguro se cuestionarían si sus hijos gustan de “la música del demonio”, porque erróneamente piensan que su “querubines” se les meterá Satán en el cuerpo, y que a causa de eso, irán a matar animales o quizás cuanta wea más se le pase por la mente. Permítame decirle Señora o Señor que no es tan así el asunto, que el Metal no sólo abarca temas Satánicos, también hay contenido social, político y no desconocemos que también hay ocultismo u otro tipo de temáticas que los pueden escandalizar pero cada uno vive el Metal como se le da la gana.

Señora, Señor, si nuestra apariencia les choca y nuestra música les molesta está bien; sin embargo, yo me preocuparía más si veo a mi hijo moviendo la pelvis con más brutalidad que el mismo Elvis. También me preocuparía si lo veo con cortes de pelo con “chocompanda” o “chasquillas”, así como súper a la moda, pero por sobre todo me asustaría saber que mis hijos escuchan un mensaje en el cual a la mujer la toman como un objeto sexual, porque USTED SERÁ LA CULPABLE de que a su hija la traten como una perra o que en cada fiesta “Le bajen el calentamiento”, “Que la azoten”, “Que le den gasolina” , “Que le den fuerte” o que simplemente se la culeen con ropa.

En resumen, ¡Vámonos a Guatemala weónes!.

Por Gustavo “Gustaldo” Maldonado.