Yngwie Malmsteen
Virtuosismo hasta el hartazgo

Octubre 22/2022, Teatro Cariola.

Segunda noche consecutiva de Yngwie Malmsteen tocando en territorio santiaguino. La cita nuevamente sería en el Teatro Cariola, quizás no el lugar ideal para recibir a un músico de la talla del 'ex-tongüa', ya que en 2013 lo teníamos tocando en el Caupolicán; sin embargo, la expectativa seguía alta, por lo que raudo y veloz hice la entrada al recinto, el cual se repletó más tarde debido a que se agotaron la totalidad de las entradas.

CLAUDIO CORDERO – PLASMA
Los encargados de abrir el show fueron el guitarrista Claudio Cordero y Cía., los cuales, por su carácter 100% instrumental, no calentaron mucho al público más 'mainstream', siendo recibidos tibiamente; pero al menos la presentación serviría para amenizar la espera al son de un Power Metal rico en solos de guitarra y progresiones con temas como "Outatime", "Zenith" y "Quazar".

Rainer Hemmelmann (bajista), Atilio Sánchez (baterista) y Elías Martínez (tecladista y aprendiz en guitarra) serían los encargados de acompañar a Claudio en su presentación, el cual demostró un nivel de ejecución impecable a punta de tappings, bendings y muecas orgásmicas. Buena presentación.

YNGWIE MALSTEEN
Alrededor de las 21:00 hrs. las luces se apagaron, apareciendo en el escenario la silueta del maestro Yngwie Malmsteen delante de una muralla de amplis y cajas Marshall, para deleitarnos de entradita con una versión acortada de la emblemática "Rising Force" ("Odissey"; 1988), con la cual el Cariola se vino abajo de inmediato mientras el vozarrón del respetable se hacía oír por todo el recinto con el "Thunder and spark in the Heart of the Dark, I hear a Rising Force", para luego seguir sin interrupciones con "Top Down, Foot Down / No Rest for the Wicked" y "Soldier", ambas del disco "Wolrd of Fire" (2016), sin embargo, el sonido dejaba mucho que desear.

Las luces rojas, amarillas y azules en combinación con un exceso brutal de humo, me hicieron viajar a los años 80s, por lo que me vi inmerso en una de las clásicas presentaciones del sueco en Japón que veía en VHS cuando chico. Destacar además su pintaza compuesta de su clásico 'bling-bling' cristiano y sus botas vaqueras.

Con temas como "Like an Angel", "Relentless Fury" y "Now Your Ships and Burned", el 'Che Copete metalero' encantó al público junto a sus compañeros de banda, con los cuales no se observó mayor afinidad (ni siquiera los presentó), dejando muy en claro que él es el director de orquesta y que mediante miradas frías, la banda -compuesta por Nick Marino (teclados y voz), Emilio Martínez (bajo) y Brian Wilson (batería)- debía saber seguirlo, al igual que el ajetreado roadie, el cual tuvo bastante pega, encargándose de cambiar constantemente su reserva de uñetas y atajar las guitarras que el Yngwie le lanzaba cada canción y media.

Posteriormente la banda interpretaría un par de temas del Parabelllum (2021) , como lo son "Wolves at the Door" y "(Si Vis Pacem) Parabellum" e intercalaría temas más instrumentales de carácter barroco como "Bardinerie" de Johan Sebastian Bach y "Adagio" de Niccolo Paganini. Sin duda, sería una noche de harto 'pirupiru' y destrezas guitarrísticas que a ratos aletargaría un poco al público, el cual a medida que avanzaba el concierto se daba por vencido en que el sonido no mejoraría, siendo los teclados y las voces los más afectados, especialmente en clásicos como "Far Beyond the Sun" (con una pincelada al solo de "Bohemian Rhapsody" de QUEEN incluída), "Seventh Sign" y "Evil Eye", por lo que no se apreciaron en su totalidad.

La jornada seguiría con un Yngwie paseando por todo el escenario, pateando uñetas por doquier, arrojando su vieja confiable Stratocaster de allá para acá y demostrando su virtuosismo en temas como "Smoke on the Water" (para mi gusto, un cover innecesario) o "Fugue", para luego de un solito de batería, terminar con "You Don't Remember, I'll Never Forget" y "Black Star"; dos temas clásicos de su mejor etapa musical, cerrando con broche de oro una noche inolvidable para los más fanáticos de las habilidades guitarreras, sin embargo, también es importante mencionar que no se generó esa complicidad artista/público que nos gusta tanto a los chilenos, en un show sin muchas pausas entre tema y tema, lo que impidió que la 'Tía Sonia' nos contara alguna cosilla interesante. En resumen: Llegó, hizo su pega y se fue.

Te queremos Yngwie, pero no tanto.

Por Daniel Arenas G.
Fotos por Cristian Carrasco y Atenea Producciones

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