CIRCUS MAXIMUS
La venganza de los Nerds

Septiembre 12/2024, Club Chocolate.

Con grandes expectativas para disfrutar del concierto de CIRCUS MAXIMUS, es que me acerco al Club Chocolate del Barrio Bellavista justo antes de que comience el espectáculo. Aunque no estoy demasiado familiarizado con gran parte de su discografía, tenía muy claro el tipo de música que esperaba: una mezcla precisa de Metal progresivo con toques modernos a cargo de los sintetizadores. Como fan del Power Metal y el Metal progresivo, confiaba en que la banda ofrecería una experiencia inolvidable, considerando que harían un repaso por sus 4 discos, luego de 8 años de ausencia en nuestro país.

DELTA
Los nacionales DELTA fue la encargada de abrir la noche, y tenían la misión de calentar los motores para el show principal, algo que lograron sin mayor dificultad.

Con años de trayectoria, han conseguido consolidar una base de seguidores fieles. Su presentación, aunque corta, fue sólida, durando cerca de 30 minutos. No hubo mayores sorpresas, pero cumplieron con su cometido; ya con eso estamos tiki-taka.

CIRCUS MAXIMUS
Siendo las 20:00 hrs ya el local se veía más llenito, aunque sin llegar a su máxima capacidad. El ambiente era relajado, y era posible disfrutar de una chelita cerca del escenario sin el habitual apretujamiento. Los asistentes -en su mayoría hombres de unos 40 años con gafas y algo de sobrepeso-, proyectaba una vibra más intelectual; lo que era sin duda un concierto para gente con estudios universitarios, conocedores de teoría musical, o introvertidos con nulas habilidades sociales.

Al apagarse las luces, los noruegos de CIRCUS MAXIMUS subieron al proscenio al ritmo de "Forging / Architect of Fortune" de su álbum "Nine" (2012), generando en el respetable una emoción controlada, propia de la edad, de la intelectualidad y el respeto, por lo que el ambiente era bastante grato; sobre todo por no sentir el olor a 'alita' típico de estos encuentros.

En cuanto a sonido la banda estuvo impecable, tanto en ejecución como en trabajo de mezcla, apoyada por la acústica favorable del local y el equipamiento, lo que el público -siendo bastante exigente- lo agradeció, reflejándose en temazos como la ganchera "Havoc" o la Dreamtheateresca "Sin", marcando de lleno la influencia que los nórdicos han adquirido de los newyorquinos.

A medida que avanzaba la noche nos daríamos cuenta de que la agrupación principalmente se desenvolvería con temitas del "Isolate" de 2017 y del "Nine" del 2012, como "A Darkned Mind", "The One" o "Namaste", las cuales fueron ejecutadas de manera formidable por un conjunto la cual se veía cómoda en las tablas.

Mientras, Michael Eriksen, aunque algo distinto de peso al de las imágenes promocionales, mantuvo una conexión constante con el público, incluso pidiendo celulares para hacerse selfies o grabar videos; sin duda un tipazo bonachón y juguetón. Se notaba que estaba disfrutando cada momento del show, a diferencia de sus compañeros, quienes se mantuvieron más tranqui en su puesta en escena.

Por otro lado, el escenario, sencillo con un fondo negro y las letras "CM" en blanco, se vio un poco julero, sin embargo la música se defendía por sí sola sin requerir tanta parafernalia.

Y así transcurrió la jornada, tema tras tema, sin mucho discurso por parte del frontman, pero si con sus palabras de buena crianza para la concurrencia. Aparte de deleitarse con riffs pesados en 'treinta y tres coma catorceavos', los nerds pudieron disfrutar también otras canciones más mamoncillas como "I Am", "Arrival of Love" o "Game of Life" para culminar con la épica "Ultimate Sacrifice".

Resumiendo, fue una jornada excelente, la que dejó satisfecho a un público de oído exigente y selectivo. Esperamos tener pronto a los de Oslo de vuelta en nuestro país, pero presentando nuevo material y ojalá el algún plató de mayor envergadura.

Por Daniel Arenas G.

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