Abril 24/2023, Club Blondie.

Como no fuimos acreditados para ver el show de CANDLEMASS en Chile -debido a la pequeña cantidad de cupos disponibles para medios-, estuvimos afuera del Club Blondie a la espera de poder ingresar por "monedas", es decir, un acuerdo económico entre los guardias y mi persona. Al ser infructuoso este esfuerzo, finalmente no ingresamos al recinto.

Sí les podemos decir que la acústica del Club Blondie es bastante buena, ya que desde fuera no se escucha nada de nada en relación al evento. Esperaba escuchar un ápice de "Crystal Ball", la clásica canción que apareció en el disco debut de la banda sueca "Epicus Doomicus Metallicus" (1986), pero nada se podía percibir desde La Alameda.

Por otro lado, en mi permanencia afuera del club nocturno, pude disfrutar de unas ricas sopaipillas. La señora Juanita tiene una promoción de 2 sopaipas por $500, se nota que la inflación ha hecho merma en nuestra economía; aún recuerdo que esa rica masa frita se podía comprar a $100 o, menor aún, a $70.

Volviendo al concierto en sí, había una buena cantidad bangers afuera tratando de negociar con gente de la producción, así que por lo menos yo no era el único en esa triste posición.

Para ahogar las penas, pasé a beber una cerveza en la fuente de soda que está al lado y debo destacar que la garzona que me atendió era muy amable y cariñosa; no como el otro caballero que atendía las mesas de afuera. Le dejé una propina de acorde a su atención, a pesar que la chela estaba un poco agüada.

Como ya no había más remedio, decidí volver a mi casa utilizando el tren subterráneo. Lo bueno es que era temprano, y este seguía funcionando con normalidad. Si hubiéramos sido acreditados, seguramente tendría que habérmelas arreglado en tomar otro tipo de transporte para llegar a mi hogar; no todo es tan malo.

PD: El editor de este sitio, que sí compró entrada, me dijo que CANDLEMASS estuvo literalmente épico y que no tenía tiempo de redactar una reseña, ya que, según él: "no tengo tiempo para andar escribiendo weás" (sic).

Fotos y reseña por Ricardo Solo.