OBTAINED ENSLAVEMENT
The Shepherd and The Hounds of Hell
Al crear esta sección -"Discos increíbles que no le importan a nadie"-, nuestra idea fue traer desde lo más olvidado de la disquería, aquel álbum que a pesar de ser (posiblemente) una obra de arte del Metal, quedó más camuflado que choclo en una humita. Y al comenzar a pensar en “esos discos” que pasaron al olvido, de inmediato vino a mi mente esta entrega de los noruegos OBTAINED ENSLAVEMENT. Banda compuesta nada más ni nada menos que por Pest (ex-GORGOROTH) y Doden (ex-AETERNUS).
Transcurría el año 2002, en un período en que los nombres de CRADLE OF FILTH y CLAUDIO BORGIR se escuchaban más fuerte que cualquier otro dentro del Metal. Amados por muchos, y odiados por los aferrados al sonido purista. Se hace necesario cuestionarse ciertos puntos: ¿Hubo más bandas con ese nivel de brutalidad, melodía y oscuridad de las recientemente nombradas?, ¿Todas las bandas de “Black Metal Melódico” tenían tecladitos?, ¿Algún discazo que llegara a la altura y que quedó en el “olvido”? Todas las respuestas me llevaban a “The Shephered and The Hounds of Hell”, álbum editado por Napalm Records el año 2000, y que trae consigo una evolución de tres discos previos y dos demos, en donde los teclados eran notoriamente protagonistas. Al llegar a él, recuerdo haberme presentado en un local metalero del Persa Bío-Bío con un Cassette del “Enthrone Darkness Thriumphant” de DIMMU en mano, y haber verbalizado al locatario: “¡Hola!, estoy conociendo de metal y busco algo que suene como esto!”. A lo que el chascón me respondió: “¡Sí, compadre! ¡Este disco es la raja! ¡Y lo mejor es que es Black Melódico, pero no tiene tecladitos!”. Sin mucho cuestionamiento me lo llevé a casa.
Al sacarlo de su caja, lo primero que me sorprendió fue la poca cantidad de cinta dentro del cassette. Lo que indicaba que sería un disco de corta duración, observando además en el librillo que tan sólo contaba con 7 canciones. Sin embargo, al colocarla en la radio, y apretar el botón PLAY, el inmediato blast beat y las melodías infernales de “Scrolls of The Shadowland” me llegaron a hacer saltar. Generando una atmosfera siniestra, y sin ningún tipo de “intro” o “anestesia”, continúa la brutalidad y rapidez con “Ride The Whore”, caracterizando a pesar esto un sonido limpio y distinguible en cada nota, el cual se mantiene durante todo el transcurso del álbum.
Al llegar al tercer pasaje -denominado “Lucifers Lament”- uno se deleita con algunos detallitos que le dan consistencia a la placa, como el comienzo con guitarra acústica, toms con mucho “reverb” y melodías melancólicas, recordando a DISSECTION en sus tiempos más oscuros.
Esperando todo, y a la vez nada, la siguiente canción llamada “Millennium Beast-Awaiting The Feast”, arranca con compases de medio tiempo, doble pedal rápido y melodías rockeras, dando un vuelco en 180 grados al segundo 0:54, habiendo una metamorfosis encaminada hacia lo más recóndito del infierno, con baterías rápidas y voces que parecen venir de una cloaca, volviendo posteriormente a estructura anterior.
“Stepping Over Angels” da continuidad al set, destacando los arreglos en batería del inicio, generando una atmosfera siniestra y burlesca a la vez, pasando posteriormente a melodías macabras, cargadas de satanismo. El registro vocal de Pest cambia drásticamente en el minuto 01:50, dando la sensación de estar dictando una misa de ocultismo, lo que se condice con el contenido lírico, apelando a reivindicación de la lujuria y los cánones de quienes son dignos de caminar junto a “la bestia”.
“The Shephered and The Hounds of Hell”, canción que da nombre al disco, y podría decirse que la pista más melancólica de toda la entrega. Sin embargo la que engloba de mejor forma este ritual de 7 canciones, ahondando temáticamente en los lamentos del ser humano, los cuales lo llevan a elegir el camino de la oscuridad, como un bastón de estabilidad y fortaleza, resaltando la traición y el dolor del hombre decepcionado de dios y el cristianismo.
Un cierre perfecto; después de diversos pasajes etéreos es una declaración de guerra, un grito enaltecedor que incita a recuperar “lo que fue nuestro”, la resignificación de la frustración. Eso es “Utopia Obtained” como última canción, describiendo literalmente la derrota del reino de los cielos por el príncipe de las tinieblas.
Para cerrar solo me queda recomendar al lector que le de una oportunidad a este gran trabajo que quedó tapado por el mainstream y fue haciéndose de adeptos lentamente, ya fuese por el boca a boca o las bondades de la interners de manera posterior. En cualquier caso, no se arrepentirá con lo que encontrará bajo estos oscuros parajes.
Por Vicente Miranda H.
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