PARADISE LOST
Draconian Times

En la niebla perpetua de Yorkshire, entre la melancolía británica y el peso de las tinieblas, nació una obra que alteraría para siempre el ADN del Metal. "Draconian Times" (1995) de PARADISE LOST no fue simplemente un disco más; fue una revolución sónica envuelta en terciopelo negro, el punto donde la oscuridad encontró su voz más elocuente y el Gotic Metal alcanzó su expresión definitiva.

Los de Halifax no llegaron por casualidad a este momento cumbre. Tras forjar su identidad en las sombras con "Gothic" (1991) e "Icon" (1993), la agrupación había estado construyendo meticulosamente su catedral sonora, pero fue con la llegada de los 'Tiempos Draconianos' que colocaron la última piedra en su opus magnum. El resultado: un monumento en el que la tradición Doom se entrelaza con el espíritu Post-Punk y la profundidad del romanticismo inglés a la perfección.

Nick Holmes abandonó definitivamente los gruñidos primitivos abrazando aquí un canto limpio y fuerte, melancólico y devastadoramente humano. Su voz, ahora convertida en instrumento de precisión emocional, logró transmitir desesperanza sin caer en la autocompasión, dolor sin resultar melodramático. Mientras tanto, los riffs hipnóticos de Gregor Mackintosh y Aaron Aedy crearon ese equilibrio perfecto entre melodía etérea y pesadez terrenal que tantos han intentado duplicar, pero pocos han conseguido. Todo aquello mediante la conducción hipnótica de la procesión bajo las cuerdas de Stephen Edmondson y las percusiones de Matthew Archer que sostienen el épico firmamento como viejas columnas de un templo antiguo.

"Enchantment" inicia el viaje con una solemne declaración de principios, estableciendo inmediatamente ese ambiente de decadencia romántica que impregna toda la obra. Sus primeras notas son como pisar un antiguo cementerio victoriano al anochecer: fascinante, inquietante y extrañamente reconfortante en su honestidad, la cual te lleva a elevarte estoico frente a la adversidad del devenir musical y -por qué no- de la vida.

Es imposible hablar de esta joya sin mencionar "The Last Time", ese matrimonio perfecto entre lo accesible y lo profundo, o "Forever Failure", quizás la composición más desgarradora del disco, con sus samples inquietantes y esa atmósfera de pérdida irreparable que parece extraída directamente de un poema de William Blake. "Hallowed Land" y "Shadowkings" completan ese póker de ases que sostiene la espina dorsal del álbum, aunque cada tema presente merece ser considerado una pieza esencial del rompecabezas gótico. Nada está ahí de manera aleatoria, más bien todo lo contrario: aquí hay alma, sentido y razón de ser que palpita en las venas.

Las letras navegan aguas profundas del romanticismo británico sin ahogarse en clichés. Holmes canaliza a los grandes poetas románticos cuando explora la fascinación por la muerte, la desesperanza existencial, la belleza en lo macabro y una espiritualidad cargada de dudas. No estamos ante simples canciones: estamos frente a profundas reflexiones sobre la condición humana.

Lo revolucionario de "Draconian Times" fue precisamente su capacidad de fusionar elementos aparentemente incompatibles: la elegancia gótica con contundencia metálica, accesibilidad melódica con profundidad conceptual, tradición romántica con sonido contemporáneo. PARADISE LOST logró que estos opuestos no solo coexistieran, sino que se potenciaran mutuamente en una alquimia sonora perfecta.

"Draconian Times" emerge como una epopeya no por grandilocuente, sino por su coherencia conceptual y emocional. Es un viaje a las profundidades del alma humana, un recordatorio de que el Metal puede ser igualmente introspectivo y catártico, tan personal como universal. Cada nota parece emerger de las brumosas tierras británicas para contar historias de un mundo en descomposición que, paradójicamente, encuentra belleza en sus propias ruinas.

Tres décadas después, su oscuridad no ha envejecido un ápice porque habla de verdades eternas sobre nuestra existencia. PARADISE LOST no solo definió el sonido del Metal Gótico con este álbum, sino que creó una obra que trasciende géneros y épocas, un testamento sonoro a la capacidad del género para transmitir las emociones más complejas y contradictorias del corazón humano.

Y por supuesto, hay que ponerle una buena compañera a la escucha de esta maravilla: la pulentísima Bomba Trece de Cerveza Granizo; una Barleywine -de estilo inglés of course my dear- de tímidos 10,5% ABV de alcohol que destaca por su maduración en nobles fudres de roble austríaco. El resultado es una cerveza robusta, finamente amaderada que aportan toques a vainilla, con un marcado cuerpo donde destacan las notas a bizcocho y caramelo en maltas, pero también vive en ella una frutosidad que recuerda a ciruelas, higos y frutos de carozo. Una sublime aventura contemplativa al borde del abismo de la existencia.

Por Hernán González U.

0 Comentarios

Deja un comentario o un escupito

Login

Welcome! Login in to your account

Remember me Lost your password?

Don't have account. Register

Lost Password

Register