DEATH
Leprosy
Cuando hablamos de discos fundamentales en el desarrollo de un estilo, es imposible pensar el death metal sin mencionar a “Leprosy”, el segundo trabajo de estudio de uni de los pioneros del mismo: DEATH. Lanzado en 1988, esta obra es considerada un hito en la evolución del género que no solo superó a “Scream Bloody Gore” (1987), sino que además sentó las bases de lo que sería el sonido característico de dicho subgénero.
A diferencia de su debut, que mantenía una fuerte influencia del thrash, el LP en cuestión presenta una transición hacia riffs más pesados y dinámicos en donde la producción es más clara y precisa, permitiendo que cada instrumento brille en la mezcla: La batería de Bill Andrews destaca por su potencia y persistencia, aportando un ritmo implacable que complementa perfectamente las guitarras afiladas de Chuck Schuldiner y Rick Rozz, que muestran un enfoque más agresivo y melódico con solos frenéticos de excelente manufactura.
La apertura del LP con el corte que le da nombre establece un tono inquietante y poderoso, mientras que otros temas incorporan elementos Doom que enriquecen la experiencia auditiva, siendo “Pull the Plug” muestra fehaciente de aquello. En “Born Dead”, “Open Casket” o “Left to Die” muestran cambios de tempo y dinámicas que mantienen al oyente cautivado con su complejidad al arrastrarse tambaleante cual portador de la peste. La habilidad de Chuck para mezclar velocidad con momentos más pesados se convierte en una característica definitoria del álbum, lo que sumado a su madurez lírica enriquece la experiencia ante la crudeza más simplista de su predecesor, el cual es superado en todas las líneas posibles de analizar.
“Leprosy” no solo es un testimonio del talento de la agrupación, sino también un punto de inflexión en la historia de la música extrema. Su lanzamiento se produjo en un momento en que el thrash dominaba la escena; sin embargo, la aparición de este ayudó a consolidar y establecer el death como un género principal. Con riffs contundentes y una producción innovadora para su época, el presente disco ha sido citado frecuentemente dentro de los mejores álbumes de metal de todos los tiempos. La influencia de este álbum se siente no solo en las obras posteriores de DEATH, sino también en toda una generación de bandas que siguieron sus pasos, e incluso hoy en día palpita en las venas de agrupaciones jóvenes como GRUESOME, entre muchas otras; la combinación de brutalidad y técnica que presentan las canciones ha sido emulada por innumerables grupos desde entonces.
Y pa’ pedazo de clásico, qué mejor que una Guinness Extra Stout: oscura como el futuro, 5,6% de alcohol, tostado intenso y un amargor medio equilibrado con notas maltosas a chocolate negro y café que hacen de este elixir un brebaje icónico y memorable digno de armonizar esta joya de disco que te embriaga de principio a fin con su vertiginoso andar.
Por Hernán González U.
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