METALLICA
72 Seasons
La espera llegó a su fin. Porque quieran o no, siempre que METALLICA anuncia que 'se vienen cositas', la expectación se apodera de sus seguidores y de los 'haters', aquellos que aún no le perdonan a la banda haber editado discos como "Load" (1996) o "St. Anger" (2003); pero como dicen por ahí, 'Para gustos los colores'.
Siempre he dicho que soy fan de Hetfield y cía, pero eso no nublará nunca mi criterio al momento de escribir una reseña; por ende, procuraré ser lo más objetivo posible: Si parto de la premisa de que el último álbum de Thrash Metal que hizo la banda es el glorioso y excelso "...and Justice for All" (1988), y que de ahí en adelante hubo periodos bastantes cuestionables, los oriundos de San Francisco a partir de "Death Magnetic" (2008) han entregado a cuentagotas algunas pinceladas de lo que los llevó a ser la banda más importante del Metal y eso es innegable.
"72 Seasons", el duodécimo disco de 'Los Cuatro Jinetes', se desarrolla en casi 78 minutos fraccionados en 12 tracks y que fueron inspirados por un libro que explica que las '72 temporadas' son los primeros 18 años de tu vida. Dentro de todo, al ir repasándolo, resulta al menos para mi lógico, porque esta placa es mezcla de vehemencia y calma.
Para mí -y pueden que estén de acuerdo o no- los mejores pasajes de este Full Lenght son brindados con "72 Seasons", "Lux Æterna", "If Darkness Had a Son", "Room of Mirrors" y la extensa "Inamorata", en la cual hay un importante guiño a BLACK SABBATH en el desarrollo de esta.
Los tracks mencionados se sostienen en la buena performance del cuarteto, lo cual se ve reafirmado por los matices vocales del gran y único James. Lars, por su parte, solo tocará algo que pueda replicar en vivo, por ende, olvídense de escuchar percusiones similares a las que aparecen en "Kill 'em All" (1983). Mientras que Kirk y Roberto Agustín, como siempre, cumplen. El primero ya patentó una forma de interpretar y el segundo tiene en "Sleepwalk My Life Away" mayor protagonismo; pero en líneas generales estuvo 'parejito'.
No es un álbum que se pueda calificar sin haberlo escuchado en más de una oportunidad. Es difícil de digerir y, quizá, hasta sea bueno dejarlo reposar un par de días más para retomarlo en otro momento. Al menos a mi me deja la sensación que los temas destacados en vivo deben ser una verdadera 'patá en la raja'.
¿Se les puede pedir algo más a los norteamericanos? Yo al menos hace muchos años dejé de verlos como aquella banda que irrumpió cabalgando en el relámpago bajo el lema 'The Young Metal Attack', quizás ya no están Thrashing por todos lados; sin embargo, siempre serán '¡Los putos amos de las Marionetas!'.
Por Gustavo Maldonado G.
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