KERRY KING
From Hell I Rise

Las vueltas de la vida. Hay ocasiones en las cuales uno no espera nada bueno del trabajo de otros, y sin embargo, cuando tienes el resultado frente a ti te tapa la boca de forma rotunda. Eso es exactamente lo que me pasó con el debut en solitario del legendario guitarrista de SLAYER, don KERRY KING.

Después de años de trabajos regulares en la clásica agrupación encabezada por Tom Araya, honestamente no me calentaba en absoluto lo que pudiera hacer este compadre por su cuenta, más aún considerando que el desempeño general de SLAYER durante los últimos 20 años ha sido algo flojo, destacando con suerte una que otra canción y el resto pura challa. Pero "From Hell I Rise" es una manifestación poderosa, vibrante y entretenida que demuestra totalmente lo contrario: el pelao Kerry está con la chispa encendida y dispara su arsenal de riffs con un vigor envidiable. Partiendo por el pedazo de alineación que formuló: Paul Bostaph (SLAYER, ex-FORBIDDEN) en batería, Phil Demmel (ex-MACHINE HEAD, ex-VIO-LENCE) acompañando en guitarras, el bajista Kyle Sanders (HELLYEAH) y en voces nada menos que el gran Mark Osegunda (DEATH ANGEL). Literalmente, el socio se armó un supergrupo, un 'dream team' del Thrash Metal dejando en claro que está más vivo que nunca.

Tras una intro instrumental donde los músicos muestran sus primeras credenciales, el mambo empieza en "Where I Reign" con un riff cañero, el tuca-tuca de Paul a todo ritmo y el ingreso de la voz de Mark genera un abismo de diferencia entre él mismo y Tom Araya; me cae bien nuestro compatirota y se agradece su contribución a la historia del género, pero la realidad es que no destaca por ser ni buen vocalista ni un talentoso bajista; simplemente estuvo en el lugar adecuado y con la gente indicada. Por otro lado, la técnica, la expresividad y la potencial que despliega Osegunda en su labor es uno de los puntos más altos de esta placa, desplegando una fuerza avasalladora que deja en claro que es un cantante de alta categoría. Y por supuesto, el tándem que forman en guitarras el pelao y Demmel es realmente notable; sin lugar dudas, el mejor compañero en las seis cuerdas que ha tenido King desde la partida de Hanneman al lado del tatita Dios.

Luego, destacaría "Idle Hands" que tiene un manejo rítmico que te incita al mosh y hasta considera algunos momentos para tomar aire y empezar la marcha nuevamente; sencillo, y entrete. "Trophies of the Tyrant" trae consigo una marcha un poco más lenta y pesada que me recuerda un poco a "Dead Skin Mask", mostrando un gran juego de voces y cuerdas; y para rematar, la acelerada que se pega gradualmente la canción ya llegando al final es a toda raja. "Toxic" es un corte bastante clásico con un buen desempeño tanto en lo musical como en lo lírico, con una letra que apunta lo tóxica que es la retórica y la política ahora y siempre. "Two Fists" nos entrega un sonido más punk-rock que te engancha la cachá y un montón con su melodioso andar a medio tiempo; bien callejera la onda, como para pedir unas monedas por la anarquía.

Finalmente, me gustaría destacar "From Hell I Rise", track que da nombre al larga duración y a su vez le pone punto final de forma magistral: te da un último asalto de energía a punta de guitarreos locos, el pulso de las percusiones sin dar un respiro y Mark escupiendo con rabia sus últimas líneas. Qué puedo decir, no me esperaba algo tan bueno y la verdad estoy encantado con el resultado; sin duda que mi compare' le puso pino, demostrando que tiene cuerda para rato, y vaya manera de cerrar hocicos con este excelente trabajo.

Lo acompañaría con una Rouge de Chimay, cerveza estilo dubbel elaborada por monjes trapenses por allá en Bélgica, que destaca por sus notas especiadas producto de la levadura y su perfil a caramelo quemado, el cual le da un característico color rojizo. Porque los clásicos pueden mantenerse vigentes si así lo desean.

Por Hernán González U.

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