AKHLYS
House of the Black Geminus

Hay obras que logran perturbar hasta lo más profundo de tu ser con sus ponzoñosas melodías, tejiendo un manto de oscuridad del cual cuesta escapar con la mente impoluta. Y si miramos dentro del Black Metal, hay una banda que sabe muy bien cómo atraparte en su dominio: los estadounidenses AKHLYS. El mencionado conjunto oriundo de Colorado acaba de editar el cuarto LP de su carrera, titulado "House of the Black Geminus" y sinceramente no deja de impresionarme la imponente calidad de su trabajo meticulosamente orquestado.

"The Mask of the Night-Speaking" parte creando un entramado mental denso que pavimenta el camino descendiente a los abismos de la locura, penetrando lentamente en las profundidades del averno antes de desbordarse con una potencia avasalladora y delirante que transmite un intenso y retorcido frenesí en este asalto musical cargado de oscuridad. "Maze of Phobetor" recorre el mismo camino que su predecesora, con la misma rabia insana y trastornada que transmite la agrupación en sus composiciones, dónde el pulso bestial de la batería es magistralmente acompañado por teclados que crean un denso ambiente sonoro mientras la guitarra va tejiendo desvaríos disonantes que se repiten de forma caótica pero coherente, con la desgarradora voz de Naas Alcameth comandando la siniestra sinfónica.

Dentro de esta vívida pesadilla compuesta por seis capítulos, me gustaría también destacar "Sister Silence, Brother Sleep" y "Eye of the Daemon - Daemon I", con los cuales el tormento llega a su punto cúlmine antes del cierre, dejando tras de sí solo desolación y angustia con su guadaña cegadora de Black Metal puro y duro, imbuido de una densa atmósfera que se deja sentir con pesadez en cada paso que da el oyente a través de esta sombría morada.

El disco es una joya, más no apta para todo público: solo recomendable para mentes retorcidas y almas perturbadas a las cuales los caminos de la insanidad y la misantropía palpitante no le hagan titubear; aquellos que acepten transitar por estos lúgubres páramos podrán saborear a cabalidad este castigo cuál gusto adquirido. Una dignísima banda sonora ad hoc a mis peores pesadillas de coma inducido por fentanilo.

¿Y de tomar qué se sirve? Me voy por algo intenso y clarito para hacerle contraste a tanta penuria y densidad; su Animal Imperial IPA de Spoh le caería como anillo al dedo. Intensa y bestial, pero con un matiz resinoso y a fruta tropical para darle respiro y soporte a la mente.

Por Hernán González U.

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