VOIVOD
Killing Technology
¡Qué discazo, por la cresta! Cuando hablamos de álbumes que cambiaron para siempre la cara de un estilo intenso -pero predecible-, “Killing Technology” (1987) de los canadienses VOIVOD merece un lugar privilegiado en ese altar del metal retorcido y visionario. Lanzado en abril de 1987, el tercer opus del conjunto quebequense representa el momento exacto donde cuatro metaleros de Jonquière decidieron que el thrash convencional les quedaba demasiado pequeño.
Si sus primeros discos ya mostraban destellos de locura, aquí es donde Snake, Piggy, Blacky y Away decidieron mandarse un viaje intergaláctico sin retorno hacia lo experimental y progresivo. Con este LP, la agrupación logró algo que pocos pensaron posible: crear un metal técnicamente complejo, conceptualmente brillante y absolutamente innovador sin sacrificar ni un ápice de la agresividad que caracteriza al género.
La producción es áspera y cruda, casi industrial; perfectamente acorde con la temática apocalíptica del disco. El sonido de guitarra es simplemente de otro planeta: esos acordes disonantes, arpegios extraños y progresiones armónicas que no tenían precedentes en aquella época. Mientras METALLICA y SLAYER dominaban la escena, estos canadienses estaban construyendo naves espaciales sonoras pa’ ir en conquista de fronteras mucho más lejanas.
"Killing Technology", tema que abre y nombra al álbum, es una cachetada sónica que te deja claro que esto no será un paseo convencional. Piggy despliega riffs asimétricos mientras Snake vomita advertencias sobre la tecnología que eventualmente nos destruirá. ¡Visionarios en 1987, imagínense! "Ravenous Medicine" debe ser el tema más icónico de la placa, destancando sus cambios de tempo y complejas estructuras, con un trabajo brutal de batería por parte de Away, quien siempre ha sido el motor rítmico y artístico de la banda.
Otro de los puntos más altos del disco es "Order of the Blackguards", una joya técnica con riffs que se retuercen como serpientes mecánicas y cambios de ritmo que desafían la gravedad. Esta canción resume perfectamente el enfoque revolucionario de VOIVOD: thrash con un pie en el punk y otro en el jazz fusión y la música experimental.
"This Is Not An Exercise" es otra pieza fundamental, con un bajo de Blacky que parece haberse escapado de algún laboratorio de física cuántica. La canción alterna entre pasajes de velocidad vertiginosa y momentos más atmosféricos que anticipan la dirección más progresiva que tomaría la banda en álbumes posteriores.
La verdadera magia de este trabajo reside en cómo la agrupación logró crear un sonido de ciencia ficción distópica años antes de que esto fuera tendencia. Piggy, con su aproximación única a la guitarra, revolucionó lo que se podía hacer con el instrumento dentro del estilo, incorporando disonancias jazzy y progresiones de acordes que nadie más se atrevía a explorar.
El legado de la presente obra es innegable. Sin este disco, probablemente no tendríamos bandas como GORGUTS, MESHUGGAH o VEKTOR, que han llevado el poderío técnico a otras dimensiones; VOIVOD demostró que el thrash podía ser intelectualmente estimulante sin perder su impacto visceral.
“Killing Technology” es una anomalía gloriosa en la historia del metal: una joya que te desafía con cada escucha y que sigue sonando futurista casi cuatro décadas después. Si quieres entender la evolución del tuca-tuca hacia confines desconocidos, aquí tienes el paciente cero. Una obra maestra imprescindible para cualquier metalero con curiosidad por las fronteras más extrañas y fascinantes del género.
¿Y pal güergüero? ¡Póngale pilsen, pariente! Pa' la ocasión yo me abriría una Dedos Flojos de los chillanejos Prócer: una West Coast IPA moderna y amarga como el futuro: una base de malta piolita pa que destaquen con tutti las notas cítricas y tropicales que el lúpulo aporta. Cerveza lupulada, aromática, ligera, seca y de amargor medio alto ¡agárrate los pantalones!
Por Hernán González U.
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