NE OBLIVISCARIS
Exul
Que hermosa dualidad de pura ambivalencia. Si hay un punto donde lo bello y delicado se entrelaza con la bestialidad y la técnica, es precisamente en la médula de los australianos NE OBLIVISCARIS. Esta agrupación ha buscado a lo largo de su carrera la fórmula alquímica que logre transmutar su arte ignorando el intercambio equivalente, en dónde no tenga que sacrificar su ternura en pos de la brutalidad. Y siento que, tras tres trabajos previos, en su más reciente álbum, titulado "Exul" (2023), han llegado finalmente a la ecuación perfecta que corona sus ya 21 años de trayectoria, situándolos en el epítome de su discografía y con un porvenir aún más auspicioso.
La placa de la que hablamos fue editada en marzo de 2023, y consta de seis exquisitos cortes que superan someramente los 52 minutos de duración; si no sabe mucho de ellos, le aviso al tiro que son de canciones largas y con harto cambio al estilo de OPETH y, aunque en el fondo tienen elementos muy distintos, guardan cierta similitud con el combo sueco encabezado por 'Miguelito'. Uno de esos elementos diferenciadores es el uso consistente de instrumentos clásicos de cuerda como el violín y la viola por de mano de Tim Charles, uno de los lideres de este conjunto, quien además aporta con sus solidas vocalizaciones limpias, las cuales van haciendo juego con los intensos y variados usos del gutural por parte de Xenoyr, su otro miembro fundador.
"Equus" abre el sendero de esta batalla entre la luz y la oscuridad, del eterno conflicto entre el bien y el mal con un dramatismo musical exquisito, en el que cada uno del os músicos muestra sus credenciales creativas y un virtuosismo encomiable; desde los riffs más pesados y juegos de tiempo y disonancias en las guitarras, pasamos a la movilidad melodiosa del bajo que toma un papel activo y protagónico en el ensamble. Y la batería es magistral, con mucho golpe técnico y cambios de ritmo e intensidad que marcan la pauta a sus compañeros dentro del esquema melodramático que el conjunto propone con asertividad, la que encanta y te transporta a sus oníricos parajes en los cuales reina el caos y la disputa. Tim dejando la patá con su violín y la inclusión de un cello en distintos pasajes también enriquecen la experiencia. Una delicia que cautiva.
"Misericorde I - As the Flesh Falls" exhibe una vez más las credenciales de todos sus integrantes con un juego que transita por lo neoclásico, el progresivo y el Death Metal, mostrando una fluidez y cohesión en su propuesta realmente encantadora, que en el ocaso se va desvaneciendo para dar paso a la armonía y la calma. Otro himno que cautiva al oyente con su deambular es "Suspyre", la cual se transforma en una lucha entre la melodía y la disonancia, alternando las guitarras acústicas con el vendaval sonoro que libera desde sus entrañas NE OBLIVISCARIS, mostrando su sello personal que define su alma creativa. Es que esas partes con blast beats y rápidos doble bombos sencillamente me encantan por el contraste que hacen con las cuerdas; la banda te convence plenamente de lo que hace.
Finalmente, me gustaría destacar "Graal", un temón que, siguiendo la amplia pauta estructural de los australianos, pasa por muchas facetas sonoras y emocionales, como la vida misma. Además, el epílogo del larga duración se siente muy atmosférico y atrapante, dándole un cierre calmo y redondo, aunque con un aura perturbadora.
"Exul" es una joya, una obra maestra conceptual; es una pieza musical que conforma parte de un todo, teniendo peso específico tanto en los seis fragmentos que lo conforman como en la coherencia que presenta en su estructura vital. Es un paladín que lucha contra la oscuridad inquebrantable. Sin duda alguna, uno de los mejores y más prolíficos trabajos que nos dio el año pasado.
A modo de armonizar la escucha de este LP, recomiendo hacerse de una Imperial Biscotti Break de los gringos Eviltwin Brewing, una Imperial Stout de 11,5% con adición de granos de café, vainilla y almendras tostadas. De aspecto negro opaco y una densa espuma color marrón, que presenta deliciosas notas a chocolate, café, vainilla y galletas de amaretto en boca y nariz. Es un postre delicado pero violento, que equipara en intensidad y sofisticación el deslumbrante desempeño de NE OBLIVISCARIS en su pasada por el estudio.
Por Hernán González U.
0 Comentarios